La gestión de identidad y acceso (IAM) es un componente esencial de la seguridad de la información que no puede pasarse por alto en ningún curso de seguridad de la información. IAM, como se le conoce popularmente, es un marco de políticas y tecnología que garantiza el acceso adecuado a los recursos en los sistemas tecnológicos. Es fundamental garantizar que las personas adecuadas tengan acceso a los recursos adecuados en el momento adecuado y por motivos válidos.
IAM implica la creación de identidades para usuarios (personas, sistemas o servicios) que necesitan acceder a recursos en una red o sistema. Estas identidades se gestionan durante todo su ciclo de vida, desde la creación hasta la jubilación. La identidad de un usuario suele estar vinculada a atributos como nombre, número de identificación, privilegios de acceso y roles dentro de una organización.
Una vez creada una identidad, el siguiente paso es la gestión del acceso. Este es el proceso de garantizar que las identidades tengan los derechos de acceso adecuados para realizar sus funciones. La gestión del acceso implica definir políticas de acceso que determinan quién puede acceder a qué recursos y bajo qué circunstancias. Estas políticas luego se implementan a través de controles de acceso.
Los controles de acceso incluyen autenticación, que verifica la identidad de un usuario antes de otorgarle acceso, y autorización, que determina a qué recursos puede acceder un usuario autenticado. Los controles de acceso también incluyen auditoría, que registra la actividad del usuario para detectar actividades sospechosas y cumplir con las políticas de acceso.
IAM también implica la gestión de sesiones, que es el proceso de gestionar la interacción del usuario con el sistema una vez que se le concede el acceso. Esto incluye monitorear la actividad del usuario durante la sesión, finalizar sesiones inactivas y garantizar que las sesiones finalicen de forma segura.
Una parte crucial de IAM es la gestión de identidades privilegiadas. Este es el proceso de administrar identidades que tienen privilegios elevados, como administradores de sistemas. La gestión de identidades privilegiadas es fundamental porque estas identidades tienen el potencial de causar un daño significativo si se ven comprometidas.
IAM también implica la gestión de las identidades de dispositivos y servicios. Esto incluye la gestión de identidades para dispositivos como ordenadores y teléfonos inteligentes, así como servicios como aplicaciones y API. La gestión de identidades de dispositivos y servicios es importante para garantizar que solo los dispositivos y servicios autorizados puedan acceder a los recursos.
Por último, IAM implica la gestión de identidades federadas. Es decir, gestionar identidades que se comparten entre varias organizaciones. La gestión de identidades federadas es importante para permitir una colaboración segura entre organizaciones.
En resumen, la gestión de identidad y acceso es un componente esencial de la seguridad de la información que garantiza que las personas adecuadas tengan acceso a los recursos adecuados en el momento adecuado y por motivos válidos. Implica crear y gestionar identidades, definir e implementar políticas de acceso, gestionar sesiones, gestionar identidades privilegiadas, gestionar identidades de dispositivos y servicios y gestionar identidades federadas.