17.6 Terapias alternativas para la depresión y la ansiedad: ejercicio físico
La depresión y la ansiedad son afecciones de salud mental que afectan a millones de personas en todo el mundo. Aunque existen muchos tratamientos eficaces disponibles, incluidos medicamentos y psicoterapia, muchas personas también se benefician de terapias alternativas como el ejercicio.
El ejercicio se ha utilizado como forma de terapia para varias afecciones de salud mental, incluidas la depresión y la ansiedad. La actividad física puede ayudar a reducir los síntomas de estas afecciones, mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida e incluso prevenir nuevos episodios de depresión o ansiedad.
Cómo el ejercicio físico ayuda con la depresión y la ansiedad
El ejercicio físico puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad de varias maneras. En primer lugar, puede ayudar a reducir los niveles de estrés. Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo libera endorfinas, que son sustancias químicas del cerebro que actúan como analgésicos naturales. Estas endorfinas también ayudan a mejorar la capacidad para dormir, que puede verse afectada por la depresión y la ansiedad.
En segundo lugar, el ejercicio físico puede ayudar a mejorar la autoestima y la confianza. Alcanzar objetivos de acondicionamiento físico, incluso los más pequeños, puede brindarle una sensación de logro y un impulso a su autoimagen. Esto puede resultar especialmente útil para las personas con depresión, que suelen tener baja autoestima.
En tercer lugar, el ejercicio puede proporcionar una distracción saludable de los problemas y preocupaciones que pueden contribuir a la depresión y la ansiedad. Centrarse en una tarea física puede ayudar a romper el ciclo de pensamientos negativos que alimentan estas condiciones.
¿Qué tipo de ejercicio físico es mejor?
No existe un "mejor" tipo de ejercicio para la depresión y la ansiedad. Lo más importante es elegir una actividad que disfrutes y que sea adecuada a tu nivel de forma física. Esto podría ser cualquier cosa, desde caminar o correr, hasta bailar, nadar o practicar yoga.
Los estudios demuestran que incluso pequeñas cantidades de ejercicio físico pueden ser beneficiosas. Por ejemplo, una revisión de estudios publicados en la revista JAMA Psychiatry encontró que tan solo 15 minutos de ejercicio físico al día pueden ayudar a reducir el riesgo de depresión en un 26%.
Además, no es necesario realizar ejercicio físico intensivo para obtener beneficios. Incluso el ejercicio de baja intensidad, como caminar o trabajar en el jardín, puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.
Cómo empezar
Si está interesado en utilizar el ejercicio como terapia alternativa para la depresión y la ansiedad, el primer paso es hablar con su médico. Él o ella puede ayudarle a determinar qué tipo de ejercicio es mejor para usted, según su salud general y cualquier afección médica que pueda tener.
Una vez que tenga la aprobación de su médico, comience lentamente. Intenta incorporar más actividad física a tu rutina diaria. Esto podría ser tan simple como caminar más, usar las escaleras en lugar del ascensor o tomar una clase de ejercicio.
Finalmente, recuerde que el ejercicio físico es solo una herramienta en su kit de herramientas de salud mental. Puede ser una valiosa adición a otras formas de tratamiento, como la medicación y la psicoterapia, pero no debe reemplazarlas. Lo más importante es encontrar una combinación de tratamientos que funcione para usted.
En conclusión, el ejercicio físico es una terapia alternativa eficaz para la depresión y la ansiedad. Puede ayudar a reducir los síntomas, mejorar el estado de ánimo y la autoestima y proporcionar una distracción saludable de los problemas y preocupaciones. Entonces, ¿por qué no intentarlo?