Una de las habilidades clave requeridas para un cajero es la capacidad de manejar sistemas de caja. Esto incluye el conocimiento y la capacidad de operar máquinas para registrar ventas, calcular cambios, leer códigos de barras y procesar pagos electrónicos.
Para ser un buen cajero, es importante tener conocimientos de informática y habilidades básicas de mecanografía. Además, es importante tener conocimientos en matemáticas básicas, para calcular cambio y descuentos.
Otra habilidad importante es la capacidad de mantener la calma y la paciencia en situaciones de alta presión, como tiempos de mucho tráfico o problemas técnicos con el sistema de efectivo. El cajero debe ser capaz de manejar estas situaciones de manera eficiente y rápida mientras mantiene la calidad del servicio al cliente.
Además, es importante tener dotes de comunicación, para tratar con clientes de diferentes perfiles y personalidades. El cajero debe ser capaz de transmitir la información de forma clara y objetiva, y también debe saber escuchar las necesidades y demandas del cliente.
Finalmente, el cajero siempre debe estar actualizado con las tecnologías y sistemas de caja disponibles en el mercado. Esto incluye la capacidad de aprender nuevos sistemas y software, así como la capacidad de adaptarse a los cambios tecnológicos que puedan ocurrir en el futuro.