El control de caja es una de las principales actividades contables, ya que permite a una empresa tener una visión clara y precisa de sus finanzas. El cajero es el lugar donde se almacenan los valores en efectivo y, por ello, es importante que exista un control estricto sobre los valores que ingresan y salen.
Para realizar el control de caja es necesario seguir unos pasos. El primero es abrir el cajero, que debe hacerse diariamente. En esta etapa, es importante que se registre el valor inicial, de manera que se pueda verificar si hubo alguna variación a lo largo del día.
Después de abrir la caja registradora, es necesario registrar todas las entradas y salidas de efectivo. Los insumos pueden provenir de ventas, recibos de clientes, préstamos, entre otros. Los productos pueden referirse a compras, pagos de empleados, gastos fijos, entre otros.
Es importante que todos los movimientos se registren en un libro de caja o en un sistema computarizado. Este registro debe contener la fecha, monto, origen y destino del dinero. De esta forma, es posible tener un historial completo de los movimientos financieros de la empresa.
Además, es importante que el cajero esté cerrado todos los días, para que se pueda verificar que el valor final está en línea con las expectativas. Si hay alguna diferencia, es necesario identificar la causa y corregirla de inmediato.
El control de caja es fundamental para la salud financiera de una empresa. Con él es posible identificar gastos excesivos, analizar ingresos y gastos, controlar el flujo de caja y tomar decisiones más precisas y estratégicas.