Capítulo 24: Cómo el alcohol y otras sustancias pueden empeorar la depresión y la ansiedad
Al principio, el alcohol y otras sustancias pueden parecer un medio para aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad. Puede parecer que nos ayudan a relajarnos, olvidarnos de las preocupaciones y sentirnos más sociables. Sin embargo, estos beneficios son sólo temporales y, a largo plazo, el alcohol y otras sustancias pueden empeorar la depresión y la ansiedad.
Alcohol y depresión
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Esto significa que puede disminuir la actividad cerebral, lo que puede provocar síntomas como falta de energía, sentimientos de tristeza o desesperación y pérdida de interés o placer en las actividades. Además, el alcohol puede interferir con el equilibrio químico del cerebro, lo que puede empeorar la depresión.
Además, el alcohol puede provocar comportamientos que pueden empeorar la depresión. Por ejemplo, puede provocar comportamientos impulsivos, malas decisiones y problemas en las relaciones. También puede provocar problemas de salud física, como enfermedades hepáticas y cardiovasculares, que pueden contribuir a la depresión.
Alcohol y ansiedad
El alcohol puede inicialmente reducir la ansiedad, pero este efecto suele ir seguido de un aumento de la ansiedad. Esto se debe a que el alcohol puede interferir con los neurotransmisores del cerebro responsables de la sensación de calma y relajación. Cuando los efectos del alcohol desaparecen, puede producirse una "resaca" de ansiedad, que puede ser incluso peor que la ansiedad original.
Además, el alcohol puede provocar comportamientos que pueden aumentar la ansiedad. Por ejemplo, puede provocar situaciones incómodas o problemas en las relaciones, que pueden provocar ansiedad. También puede provocar problemas de salud física, como enfermedades hepáticas y cardiovasculares, que pueden aumentar la ansiedad.
Otras sustancias y depresión y ansiedad
Otras sustancias, como las drogas ilícitas y los medicamentos recetados, también pueden empeorar la depresión y la ansiedad. Por ejemplo, la marihuana puede parecer relajante, pero en realidad puede aumentar la ansiedad y la paranoia. Los estimulantes, como la cocaína y las anfetaminas, pueden provocar un "ataque" de depresión y ansiedad una vez que los efectos desaparecen.
Los medicamentos recetados, como las benzodiacepinas, pueden aliviar la ansiedad a corto plazo, pero pueden provocar dependencia y abstinencia, lo que puede empeorar la ansiedad. Además, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, como somnolencia y confusión mental, que pueden contribuir a la depresión.
Conclusión
En resumen, aunque el alcohol y otras sustancias pueden parecer una forma de aliviar la depresión y la ansiedad, a menudo empeoran estas afecciones a largo plazo. Por lo tanto, es importante buscar ayuda profesional para tratar la depresión y la ansiedad en lugar de intentar autotratarse con alcohol u otras sustancias. Hay muchas opciones de tratamiento eficaces disponibles, que incluyen terapia, medicación y cambios en el estilo de vida.