Las resistencias son componentes electrónicos pasivos cuya función principal es limitar la corriente eléctrica que pasa por un circuito. Se encargan de reducir el voltaje en un circuito eléctrico, convirtiendo la energía eléctrica en calor.
Las resistencias están compuestas de un material resistivo, que puede ser de carbono, película metálica, cerámica o bobinado. Tienen dos terminales que se utilizan para la conexión con otros componentes del circuito.
La unidad de medida de la resistencia eléctrica es el ohmio (Ω). La resistencia eléctrica está determinada por la fórmula:
R = V/I
Donde R es la resistencia eléctrica, V es el voltaje eléctrico e I es la corriente eléctrica.
Las resistencias se clasifican según su tolerancia, que es la variación permitida en la resistencia eléctrica del valor nominal. Los valores de tolerancia más comunes son 5% y 10%. Algunas resistencias también tienen un valor de potencia, que determina cuánta energía eléctrica puede disipar la resistencia sin dañarse.
Las resistencias se utilizan en diversos circuitos electrónicos, como amplificadores, fuentes de alimentación, filtros, entre otros. Se pueden conectar en serie, en paralelo o en combinación, según la aplicación deseada.
Los resistores también se pueden usar para hacer divisores de voltaje, que son circuitos que dividen el voltaje eléctrico en dos o más partes. Estos circuitos se utilizan a menudo en electrónica para ajustar el voltaje de una señal.
En resumen, las resistencias son componentes fundamentales en los circuitos electrónicos, responsables de limitar la corriente eléctrica y reducir el voltaje en un circuito. Tienen diversas aplicaciones y se pueden encontrar en diferentes valores de resistencia, tolerancia y potencia.
