El Mercado de Derivados es un segmento del mercado financiero cuyo objetivo principal es la negociación de contratos que se derivan de otros activos. Estos activos pueden ser físicos, como materias primas agrícolas, o financieros, como divisas, tipos de interés e índices.
El término "derivado" proviene del hecho de que el valor de estos contratos se deriva del valor del activo subyacente al que se refieren. Por ejemplo, un contrato derivado cuyo activo subyacente sea el café tendrá su valor derivado del precio de ese producto en el mercado físico.
Los derivados se pueden negociar tanto en bolsas como en mercados extrabursátiles. En el primer caso, los contratos son estandarizados, es decir, tienen características predefinidas por la bolsa. En el segundo caso, los contratos se pueden personalizar según las necesidades de las partes involucradas.
Los principales tipos de derivados son: futuros, opciones, swaps y forwards. Los contratos de futuros son acuerdos para comprar o vender un activo subyacente en una fecha futura por un precio predeterminado. Las opciones otorgan al titular el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio predeterminado en una fecha futura. Los swaps son acuerdos para intercambiar flujos de efectivo o activos. Los forwards son contratos similares a los futuros pero negociados en el mostrador.
El Mercado de Derivados juega un papel importante en la gestión del riesgo financiero. A través de ella es posible protegerse contra cambios no deseados en precios, tasas de interés, tipos de cambio, entre otros. Por ejemplo, un productor de café puede vender contratos de futuros de café para garantizar un precio de venta de su producción y así protegerse ante una posible caída del precio del café en el mercado físico.
A pesar de su utilidad, el Mercado de Derivados también puede ser una fuente de riesgo. Esto se debe a que la negociación de derivados implica apalancamiento, es decir, la posibilidad de tomar posiciones que representan montos muy superiores al capital invertido. Además, negociar derivados en mercados extrabursátiles implica un riesgo de contraparte, que es el riesgo de que la otra parte involucrada en el contrato incumpla sus obligaciones.
Por lo tanto, operar en el Mercado de Derivados requiere conocimiento y cuidado. Es importante comprender completamente las características y los riesgos de los diferentes tipos de derivados antes de negociarlos. Además, es recomendable hacer un seguimiento estrecho de las posiciones tomadas y tener una estrategia clara de gestión de riesgos.
En resumen, el Mercado de Derivados es un segmento complejo y dinámico del mercado financiero. Ofrece muchas oportunidades para administrar el riesgo y llevar a cabo estrategias de inversión, pero también presenta riesgos significativos. Por ello, es fundamental tener un buen conocimiento de este mercado para poder operar en él de manera segura y eficiente.
Para quienes se están preparando para licitaciones públicas en el área bancaria, entender el Mercado de Derivados es fundamental. Esto se debe a que este mercado es un componente importante del sistema financiero y tiene un impacto directo en la economía en su conjunto. Además, muchas cuestiones de contratación pública involucran conceptos y situaciones relacionadas con este mercado. Por lo tanto, estudiar el Mercado de Derivados es un paso importante en la preparación para estos concursos.