Cuidar la piel alrededor de la herida es tan importante como tratar la herida misma. La piel circundante, también conocida como piel periherida, puede pasarse por alto fácilmente, pero es crucial para la cicatrización adecuada de la herida. La piel que rodea la herida puede verse afectada por varios factores, que incluyen maceración, infección, traumatismo y exposición al exudado de la herida. Por lo tanto, proteger y mantener la integridad de la piel periherida es esencial para prevenir complicaciones adicionales y promover la cicatrización de las heridas.
En primer lugar, es importante comprender qué es la piel periherida. Esta es la piel que rodea la herida inmediata, generalmente dentro de los 4 cm del borde de la herida. Esta piel puede verse afectada por el entorno de la herida y el exudado, que es el líquido que se escapa de la herida. El exudado puede provocar maceración, que es el ablandamiento y decoloración de la piel provocado por la exposición prolongada a la humedad. Esto puede hacer que la piel sea más susceptible a daños e infecciones.
Para proteger la piel periherida se deben seguir los siguientes pasos:
Además, es importante recordar que la piel alrededor de la herida puede ser sensible y dañarse fácilmente con adhesivos o apósitos. Por lo tanto, al aplicar o quitar vendajes, sea suave y cuidadoso para evitar causar más daños a la piel. Si la piel es muy sensible, puede resultar útil utilizar una venda de silicona, que es más suave para la piel.
En resumen, el cuidado de la piel alrededor de la herida es un componente esencial del cuidado de la herida. Al mantener la piel periherida limpia, seca y protegida, puede ayudar a prevenir complicaciones y promover la cicatrización de la herida. Recuerde, cada herida y cada piel es única, por lo que es importante trabajar con un profesional de la salud para desarrollar un plan de atención adaptado a sus necesidades individuales.