Los circuitos reguladores son componentes electrónicos encargados de mantener una tensión constante en un determinado circuito, aunque existan variaciones en la tensión de entrada o en la carga conectada al circuito.
Hay dos tipos de circuitos reguladores: reguladores lineales y reguladores de conmutación.
Reguladores lineales
Los reguladores lineales son los más comunes y fáciles de usar. Están compuestos por un transistor y un diodo zener, que juntos mantienen constante la tensión de salida.
Los reguladores lineales tienen la ventaja de tener un bajo índice de ruido y ser más estables frente a las variaciones de temperatura. Sin embargo, también tienen el inconveniente de disipar una gran cantidad de energía en forma de calor, lo que puede limitar su uso en circuitos de alta potencia.
Reguladores conmutados
Los reguladores conmutados, por otro lado, son más eficientes energéticamente y se pueden usar en circuitos de alta potencia. Funcionan cambiando un transistor de potencia a alta frecuencia, lo que permite que la energía se transfiera de manera más eficiente a la carga.
Sin embargo, los reguladores conmutados también tienen la desventaja de tener una mayor tasa de ruido y ser más sensibles a las variaciones de temperatura.
Aplicaciones de circuitos reguladores
Los circuitos reguladores son muy utilizados en electrónica, principalmente en fuentes de alimentación y en circuitos que requieren un voltaje constante y estable.
Además, los reguladores lineales se usan comúnmente en circuitos de baja potencia, como circuitos de audio y circuitos de control, mientras que los reguladores de conmutación se usan más comúnmente en circuitos de alta potencia, como fuentes de alimentación de computadoras y sistemas de iluminación LED.
En resumen, los circuitos reguladores son componentes electrónicos esenciales para la estabilidad y eficiencia de muchos circuitos electrónicos, y su elección debe hacerse de acuerdo a las necesidades específicas de cada aplicación.